¡Cuán grande es la luna!
blanquecina su luz me ciega
palidece mi conciencia
ante la tibieza suya.
¡Oh, grandes esperanzas!
quiero unirme con su rayo
que se torna bello en la noche
y me hace pensar.
¡Ya no quiero que amanezca!
quiero yacer en el claro del bosque
mientras me baña en blancura
y purifica mi alma atormentada.
¡Maravilla de la naturaleza!
¡mágica visión fantasmal!
ya no puedo sentir sin ella,
ya no quiero que muera.